Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Mi niñez en el colegio 2ª parte

Y pasó el primer día, el segundo, el tercero… seguía llorando y sin comer. Sólo tomaba algo caliente en el desayuno. Un día, una de las niñas de mi edad, la que luego fue mi amiga del alma, Milagros Gálvez, me preguntó:

-Y tú ¿por qué no comes, llorona?-

-No quiero, le dije. Quiero convertirme en paloma, si no como lo conseguiré y así podré escaparme por una de esas ventanas-

Ella se asustó y fue corriendo a contárselo a una de las monjas, Sor Pilar.

Os describo a las monjas que durante seis años tuvieron mucha importancia en mi vida.

Sor Paz, era Vasca, alta y delgada. Muy seria y daba clases a las mayores.

Sor Pilar, bajita y metida en carnes, era de Aranda del Duero (Burgos). Tenía 24 años cuando la conocí. Fue mi primera profesora.

Sor Josefina, era la encargada de la enfermería, Asturiana. Alta y delgada muy callada y siempre dispuesta a escucharnos.

Sor Agueda,  era la encargada del obrador de costura, de Canarias. Alta y guapísima, cuando salíamos de paseo los hombres se paraban para mirarla.

Además estaban varias en la cocina, lavaderos y demás tareas.

Os hablo de Sor Pilar, ella ha sido muy importante en mi vida y es a la que mi amiga Milagros buscó horrorizada cuando le dije lo de escaparme cuando fuera paloma.

Pasaron seis meses y seguía llorando pero sólo de noche, de día me pasaba la mayor parte observando a todo el que me rodeaba. Una noche, estaba llorando como todas, serían las doce. Una monja se sentó en mi cama, era Sor Pilar, esa noche estaba de guardia. Cada noche le tocaba a una de las monjas dar una vuelta por los dormitorios.

-¿Por qué estas llorando?-

Le dije que porque sí. Ella me dijo que eso no era contestación. Le dije que lloraba porque mi madre no me quería, me había metido en aquel colegio y a mis hermanos no.

-María, ¿no será porque te quiere más que a ninguno... para que tengas cama, comida y amigas que te quieren?-

-Sí… pero si se muere yo me quedaré aquí toda la vida-

-¿Por qué se va a morir?-

-Porque está enferma, igual que mi padre-

-No María. Tu madre no se va a morir. Pero tú tienes también una madre, la Virgen María, que también tuvo un hijo que murió. Así que desde mañana lo que debes hacer es rezar por tu madre todos los días. Duérmete, mañana hablaremos otro ratito-

Se marchó y yo me dormí, me habló con cariño. Hacía mucho tiempo que nadie me tapaba con cariño y me daba una caricia.

Mi vida empezó a cambiar. Empecé a comer, iba con mis compañeras al recreo y siempre había una de las monjas a nuestro cuidado. En clase estábamos todas casi con la misma edad.

Cuando llegó la Navidad aquel año para mí fue una sorpresa, una cena especial, el Belén. Nos fuimos a la cama como todas las noches y a las once y media con el “Viva Jesús” nos despertaron a toda prisa para ir a la misa del gallo, después al comedor. Allí teníamos en los platos:  Castañas, mantecados, nueces, un vaso de leche caliente, etc. A mí nadie me había dicho nada de esa sorpresa, las mayores habían dicho a todas que a las 3 nuevas no nos dijeran nada.



Nos volvimos a la cama y ese día no nos levantaron a las seis porque ya habíamos ido a misa del gallo. Para mí ese día empezaba otra nueva vida.

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