El día de mi salida del colegio, volvimos a casa andando, íbamos las dos por la calle donde en aquella época estaban los juzgados de Sevilla, en Santa Catalina, entramos en un bar para tomar café y churros. Después fuimos a unos recados que mi madre tenía que hacer. El autobús para el Tiro de Línea tenía su salida en el Cristina un parque pequeño en el centro de Sevilla, junto al Hotel Alfonso XIII esto lo digo para quien no conoce Sevilla y me encantaría que la conocieran. Este recorrido lo conocía muy bien porque es el que hacía cuando salía los fines de semanas que podía y íbamos al parque de María Luisa.
Hotel Alfonso XIII, Sevilla
Mi hermano Gonzalo estaba esperándome y anunciándoles a todos los amigos que hoy llegaba su hermana, sólo decía:
-Hoy viene mi hermana… viene mi hermana María.
Quer raro me parecía todo. Al terminar de comer todos se pusieron con sus tareas, mi abuela cociendo, mi madre leyendo, mi hermano Antonio durmiendo (trabajaba de noche en la panadería), mi hermano Gonzalo en la calle sin parar de decir:
-Ha venido mi hermana… ya está aquí mi hermana María.
Yo sin saber que hacer le dije a mi abuela que si le ayudaba y me dijo:
-Toma, has este ojal aquí en este pedacito de tela.
Lo hice y me dijo que estaba muy bien.
Mi abuela era modista muy buena pero mientras que vivió mi abuelo nunca había trabajado, al morir si tuvo que ponerse a trabajar ya que en aquellos tiempos no tenían las personas mayores pensión de viuda, así que mi ayuda le vino muy bien.
Así pasé el primer viernes. El sábado era en el colegio el día que nos duchábamos y nada mas levantarme empecé a calentar agua porque en casa no teníamos ducha. Fué mi primera desilusión. En esos tiempos era raro la casa que la tenía. Lo que si había era un baño grande zinc. Cuando lo tenía todo preparado, llamé a mi hermano Gonzalo, lo desnudé y lo metí en el baño, el empezó a gritar y a decir:
-Vete al colegio, vete al colegio…
Una vecina de puerta, Dolores, le decía:
-Gonzalo… ¿no tenías tantas ganas de que viniera tu hermana María?
-No… que se vaya, que se marche otra vez al colegio, no quiero que este aquí.
La nuestra era mucho mayor
Mi madre le dió un cachete y yo le dije que el baño era por su bien y ya se tranquilizó.
El sábado siguiente nada mas levantarse me pregunto:
-¿Otra vez me vas a bañar?
A mi me hizo mucha gracia, era mi hermano chico, así lo llamé siempre, hasta que murió, no hace un año todavía.
El domingo por la mañana fuimos los tres, mi madre, mi chico y yo al colegio a ver a mi hermano Manolo. Al verme salió corriendo y me preguntó:
-¿Ya no estas en el colegio?
-No Manolo y pronto no lo estarás tu, nada mas que yo empiece a trabajar.
Mi hermano Chico le dijo:
-Yo quiero venir al colegio contigo.
Yo pensé que quizás hubiera sido mejor para Él haber ido también pero era muy pequeño y no pudo ser.
Volvimos a casa y toda la tarde estuve escuchando la radio, entonces se escuchaban cosas de teatro, telenovelas, en fin ese domingo no pude cumplir mi palabra de ir a comer al colegio.
Mi vida estaba cambiando, ya no era todo con horarios, me levantaba cuando quería y me acostaba igual. Mi madre hacia sus recados, los encargos que le hacían sus amigas. Documentos en el juzgado, empeñar joyas, etc. Seguía siendo una persona de confianza de todas las que le ayudaron cuando llegó con sus cuatro hijos y se encontró tan sola.
Ella ya lo hacia por cariño y agradecimiento a todas ellas. Siempre venia con cosas especiales para nosotros como dulces casero, azúcar, leche frita, en fin, muchas cosas que eran difícil encontrarlas, bueno, eran difíciles si no se tenía dinero.
Yo empecé a hacer punto para los niños pequeños y a coser con mi abuela pero mis pensamientos eran otros. Yo quería tener amigas, me sentía triste, deseaba que llegara el domingo para poder ir al colegio ya que a mi hermano Manolo no podía verlo nada más que cada quince días.
Una tarde vino una señora a tomar café con mi madre y mi abuela. Mi madre me la presentó:
-María esta señora es Carmen Llorens, es amiga mía desde que era joven, conoció a tu padre y a toda mi familia.
¿Os acordáis del teatro Llorens? Pues esta señora era la madre del dueño, una de las personas que ayudó a mi madre en sus malos momentos, el que le buscó el trabajo a mi hermano mayor en la panadería. Vivian también en el Tiro de Línea, nos separaba de su casa dos calles. Era una mujer muy guapa algo mayor que mi madre pero menos que mi abuela, ella me dijo:
-Me ha dicho tu madre que te gusta mucho el teatro.
-Sí, mucho…
-¿Tu te acuerdas de lo que tenían que estudiar tus padres cuando trabajaban en el teatro?
-No, era muy pequeña.
-Pues si, hay que estudiar mucho, mas de lo que te imaginas.
-Yo quiero aprender, quiero que me enseñen.
-Eso es bueno, tu madre y yo vamos hacer todo lo que podamos, todo depende de ti, el tiempo dirá.
Esta amiga de mi madre tenía dos nietas, Anita y Carmela, las nombro hoy porque después tendrán que ver mucho en mi vida.
Cuando se marchó le pregunté a mi madre:
-¿Qué ha querido decir?
-Que te va ayudar como yo.
-¿Cómo puede ayudarme?
-Escribiendo a sus amistades en el teatro, como yo. Pero primero tienes que empezar aquí en Sevilla con personas que yo conozca, tienes que aprender muchas cosas del teatro, no es lo mismo que en el colegio.
Yo no dije nada más.
Mi abuela intervino:
-Creo que como entretenimiento, sí, pero para vivir es mejor la costura.
-Yo ya he cosido bastante y sin cobrar.
Se quedaron calladas.
El domingo me levanté muy temprano, recogí la cocina, me lavé me vestí y mi madre me dió el dinero para el autobús, una peseta y cuarenta céntimos, era lo que costaba el autobús ida y vuelta.
Mi hermano Antonio me dió un duro para que tuviera algún dinero pero que debía ir sola a ver si así me espabilaba, me lo dijo burlándose de mí.
Es verdad que me daba vergüenza hasta de hablar.
El camino del colegio me lo sabía bien porque era el recorrido que hacíamos del colegio al Parque. Cuando llegué a la cancela llamé a la campana, me palpitaba el corazón. Parece mentira lo que es el cariño, cuando entre con mi madre hacía 8 años era una niña que no tenía nada mas que a su madre y sus tres hermanos, ahora era casi una mujer y con un montón de amigas a las que quería y me ilusionaba abrir la cancela.
Los domingos no trabajaba nadie en el colegio, todas estaban en el patio. Empezaron a gritar:
-María Muñoz… María Muñoz…
Vinieron corriendo hacia a mi, yo abrí los brazos y empecé a darle achuchones a todas, ví a lo lejos a Sor Pilar y me fuí corriendo para darle un beso, cuando me marché no había podido despedirme de ella, me dijo que a ella le había pasado lo mismo. Me preguntó muchas cosas, se las conté y me dijo:
-Buena la armaste la última noche.
Empecé a reír y ella también.
-¿Quieres explicarme a que vino eso de Agur en la pizarra?
-Me quise despedir con dos saludos que tenia en mi memoria, el del soldado que entraba cuando mi padre trabajó para el ejercito y venía a recoger el pan… decían, Salud camaradas, mi padre me dijo que significaba hola. Y el otro que me enseñó Sor Paz un día en el recreo… Agur que quería decir adiós en su idioma, el vasco.
Sor Pilar se despidió, diciéndome que fuera con mis amigas.
Milagros y las otras me estaban esperando en un banco, entre ellas Concha Chacón, "la del piano". Me preguntaron por qué no había ido el domingo anterior y me dijeron:
-Tú no sabes lo que nos pasó el día que te marchaste.
Todas hablaban a la vez, no sabía a quien contestar pero miré a Chacón y le dije:
-¿Tu que haces aquí?
Era raro que ella estuviera sentada con las pequeñas, con mis amigas, ella era mucho mayor.
Me dijo:
-El día que te fuiste fue famoso en el colegio, se nos olvidó recoger todas las cosas que nos dejamos en los aseos y Sor Paz en el comedor nos preguntó a todas que quien había sido. Cuando yo me puse de pie en el banco, ninguna de las monjas se lo podían creer, Sor Paz me dijo:
-¿Chacón, tú…?
-Sí, yo. Se iba María Muñoz.
-¿Y tu tienes que dar mal ejemplo?
Chacón me contó que a eso no contestó nada mas, sólo que la llamó Sor Remedios y ella cargó con toda la culpa.
Yo le pregunte:
-¿Y como estás?
-Muy bien, contenta con estas amigas.
-¿Ves? Te dije que dejaras de hacerte la dura que mas vale el cariño que el miedo, ya verás como ahora disfrutas mas de la vida en el colegio.
Yo había comprado chucherías con el dinero que me dio mi hermano, regaliz Zara, era lo que mas les gustaba. Le conté todo lo que había hecho esos días y como estaba mi hermano Manolo, lo de la amiga de mi madre…
Después fuimos al comedor y otra vez al recreo, a las cinco me despedí hasta quince días después.
Todas me decían:
-María no dejes de venir a vernos.
-Claro que no y os contaré todo lo que me pase.
Llamé a Conchita y le di muchos besos, me despedí de todas, de las monjas y me marché.
Tiempo sin pasar querida María, tengo que ponerme al día, pero te dejo un abrazo enorme y un beso!!
ResponderEliminarIgualmente, muchos besos.
ResponderEliminarOh querida María Muñoz.. ! Soy Gloria Balboaa (la de Aguntín y Auxi jajaj)
ResponderEliminarNo me sorprende tu vida, ya conocía parte de ella, aunque no tan a fondo.
Puff, simplemente que eres increíble, que muchísimas gracias por haberme enseñado tanto, por no haber tirado jamás la toalla, eres una persona de la que todo el mundo debería aprender.
Si me preguntaran -¿Y quién es María Muñoz para ti?
No me bastaría con decir que fue la mujer que me dio las catequesis de comunión en el año 2008, ni con decir es una señora de la 2ª Comunidad de la parroquia de San Pablo, porque MARÍA MUÑOZ BALLESTEROS es muchísimo más que eso para mi.
Tantos recuerdos que tengo de ti.. en la playa, o todas las noches de Pascua, cuando por mi santo me regalas cualquier detallito, que para mi es mucho más que un detallito eeh!, o ese Jueves por la tarde, que no se si te acordarás, pero estábamos dando catequesis como todos los jueves durante esos dos años, y a lo hora de salir me estaba esperando mi madre fuera, para acompañarme a casa. Como tú y ella tenéis confianza empezasteis a hablar de vuestras cosas, cosas de la Iglesia y demás y mi madre me dijo que me fuera por ahí a jugar con los demás y os dejara hablar tranquilas, pero como yo me parecía a ti de joven, hice que me iba pero seguía con la oreja pegada. Me sorprendió muchísimo lo que le dijiste a mi madre de mi, porque siempre andabas diciéndome que tenía que esforzarme más en las catequesis que tenía que ser ejemplo (luz, sal y fermento) para los otros chiquillos, y demás. Y resulta que le dijiste a mi madre lo siguiente:
- ¡Ay Auxi! tienes que estar orgullosísima de tu hija, ha sido el faro de las catequesis, sin ella no habría sido igual, ha ayudado a todos, ami sobretodo... blablabla (ya no me acuerdo de más, jajajaja)
Y me quedé.. wooo! JAJAJAJ lo conseguí!
y como no, recuerdo mejor que nada los teatros que he hecho contigo, bueno tu nos dirijias, en postcomunión en Navidad, el teatro de Jesucristo de la parroquia -que mi hermano Lucas fue Jesucristo, te acuerdas? jajajaja-
Y también los regalos que hacíamos a los padres/madres por sus días!
Bueno María mi vida, nada más, aunque me quede corta, esque no se puede expresar tanto con palabras!.
Te quiero,
P.D.: Precioso el agradecimiento a Manoli ♥♥
Gloria, preciosa mía. Ya veo que has dado con la web. Gracias mi alma por todas las cosas bonitas que me dices, yo estoy muy orgullosa de ti y ver en la bonita mujer que te estás convirtiendo, no creo que tenga que decirte lo que te quiero porque tú lo sabes. Que rápida has sido siempre para lo que te interesa, has sido la primera del grupo en dejar un comentario y no sabes cuanta ilusión me ha hecho, un besito fuerte.
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