Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

martes, 27 de marzo de 2012

Mi Juventud 6ª parte

No se si por casualidad o porque Dios lo quiso el miércoles siguiente Francisco llegó acompañado a los ensayos de una de sus hermanas, Adela, era la pequeña, doce años menor que él. Era una niña muy guapa y graciosa, cantaba bien pero era muy embustera en las letras, decía lo que le daba la gana. Tenía, tiene, los ojos verdes como su hermano. Nos hicimos muy amigas, a ella también le gustaba el teatro pero no tenía mucha afición, le gustaba mas cantar. En su familia no había nadie que se hubiera dedicado al teatro, solo su hermano Francisco y por su destino, según decía él. Toda la timidez que yo tenía a ella le faltaba, le decía las verdades a todos…

-Que bien has estado… has estado mal, te has equivocado…

A mí siempre me decía:

-No te calles cuando algo no te guste… ¿para qué tienes la boca?

En fin, la semana antes de mi cumpleaños, vino a mi casa a conocer a mi familia, se quedó encantada con mi madre, toda su vida la ha recordado con muchísimo cariño.

 Día 24 de junio"Hogueras de San Juan"

El día de mi cumpleaños fuimos al cine los cuatro, Francisco nos convidó. Mi hermano Manolo era la primera vez que iba al cine. Cuando llegó a mi casa se lo contó a mi madre, le dijo:

-He visto una película muy bonita mama, estoy muy contento...

Para él empezaba otra vida, comenzó a trabajar en una farmacia del Tiro de Línea (nuestro barrio), el dueño se llamaba D. Enrique. Mi madre ya tenía otra vez en casa a sus hijos y parecía que le volvían las ganas de vivir. A mí me extrañó que todos los viernes tuviera que ir al centro de Sevilla, le pregunté:

-¿Dónde vas?... ¿Quieres que vaya yo?

-No… voy al Gran Poder, es una promesa que hice, le dije que cuando estuvierais los cuatro juntos otra vez no dejaría de ir a darle las gracias todas las semanas.

 Gran Poder de Sevilla (mi madre llevó un "hábito" como este muchos años)

Fueron cuarenta viernes seguidos, con frío, calor, nunca la escuché quejarse por nada, lo único que decía cuando algo iba mal era: “Mañana será otro día”. Siempre tuvo mucha fe.

¿Recordáis a Doña Concha, la señora que me prestó el traje de flamenca y el collar de coral?

Esta señora tenía un sobrino que en esos días estaba haciendo el servicio militar. Tuvo un problema grande con un militar de alto grado y le condenaron a pena de muerte. Doña Concha le dijo a mi madre si la podía acompañar a un recado y mi madre como siempre, le dijo que sí.

 Puente de Triana

Fueron a Triana, a una casa de vecinos, donde vivía una señora que se llamaba Aniceta, estaba en la cama y por lo visto era vidente. Esta señora no cobraba nada, solo una limosna. Mi madre llegó y se sentó en una silla en un rincón, Doña Concha al lado de la cama. Empezó a contarle su problema, después de escucharla se quedó callada un buen rato y le dijo: -La cosa esta mal para su sobrino pero veo una luz que puede salvarlo, tenga esperanza-.

Doña  Concha le metió dinero debajo de la almohada y cuando ya se marchaban, Aniceta le preguntó a mi madre:

-¿Y tu, hermana, no tienes nada que preguntarme?

Mi madre no tenía idea de preguntar nada porque no sabía cuando salió de casa ni a lo que iba.


Aniceta le dijo:

-Tú tienes un problema… no sabes lo que hacer con tu hija. Pero sabes lo que ella quiere, tú conoces el problema… déjala, ella sabe bien lo que tiene que hacer y tiene muy buena protección,  todo le va a salir bien.

 Casa de vecinos

Cuando salieron de allí Doña Concha tenía mas fe en Aniceta por lo que le había dicho a mi madre que por lo que le dijo de su sobrino, ella si le había contado lo que sucedía pero mi madre no abrió la boca.

A los tres meses el sobrino de Doña Concha fue indultado, le valió mucho que era hijo de militar.

Doña Concha nos invitó a merendar y me contó todo esto, yo no me lo podía creer y mi madre fue la primera vez y la única que la escuché jurar por mi hermano mayor, el que murió, me dijo que todo era verdad. Doña Concha me dijo que su modista ya me estaba haciendo dos uniformes de doncella y unas cuantas cosas mas, yo no salía de sorpresa en sorpresa.

-Mama… ¿tú que piensas de todo esto?

-No sé… es la primera vez que vivo una experiencia así. Nunca he creído en estas cosas, yo no le pregunté nada, ella lo dijo todo, así que, cuando llegué el momento y estés preparada, ya veremos.

El jueves cuando fui al ensayo ya estaban casi todos allí. Los dos que no conocíamos Cancionera éramos Jesús y yo. Él, su madre Coral Domínguez, que hacía el papel de Cinta Romero, una señora de teatro y que  trabajaba en la radio, le había ayudado en el papel y a mí, mi madre, cuando todos nos vieron actuar se quedaron asombrados, les gustó mucho.

La semana siguiente estrenamos la obra en un pueblo próximo donde viví parte de mi niñez después de la guerra, Dos Hermanas, al lado de Bellavista.





2 comentarios:

  1. Genial, como siempre, pero menos mal q la "vidente" no le dijo a tu madre que te hiciera misionera en África... Yo no habría nacido :)

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    1. Mi alma, la vidente no le dijo nada concreto a mi madre, sólo le dijo lo que ella sabía que yo quería, eso era el teatro, claro que podía haber acabado sabe Dios dónde pero conocí en su momento a tu abuelo, besos.

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