El día 4 de Octubre, no he podido olvidar este
día en mi vida, del año 1950 salía el tren para el Levante y estaría en esa
preciosa tierra más de 19 meses. Un viaje muy largo mas de 18 horas, trenes de
maderas, 3 trasbordo de un tren a otro, nos cambiamos los bocadillos unos a
otros. Las personas mayores de la
Compañía estaban siempre pendiente de mí. Mariano y Miguel
iban juntos y yo siempre buscaba la forma de ir cerca de ellos.
Por fin llegamos a Cartagena y un coche nos
recogió para llevarnos al teatro donde estaban los empleados encargados del
montaje del Teatro. El representante nos dijo dónde teníamos que ir. Miguel y
Mariano a una casa y yo a otra. Esta vez nos quedamos todos en casas
particulares y no en fondas.
Llegué a la casa y me esperaba una señora que me
dijo se llamaba Dolores, me acuerdo bien porque era el nombre de mi abuela. Nos
presentamos y me enseñó la habitación. Era pequeña pero con una gran ventana,
una cama, un lavabo, un armario y una mesa pequeña. Estaba muy cansada y muy pronto
me metí en la cama. Entre sueños escuché que me preguntaban detrás de la puerta
a qué hora quería levantarme. No contesté.
Sobre las 10 de la mañana llamaron a la puerta y
me dijeron que me esperaban mis compañeros, Miguel y Mariano. Nos fuimos a tomar
algo y me dijeron que a las cinco de la tarde teníamos que estar en el teatro.
Nos fuimos a dar un paseo por Cartagena, era diferente a Jerez. La gente era
muy cariñosa y respetuosa, me cayeron muy bien desde el primer momento.
Cuando volví a la casa doña Dolores me estaba
esperando para decirme cuanto me costaba la habitación y preguntarme si comería
con ellos o yo me hacía la comida. Yo le dije que comería por mi cuenta.
Doña Dolores me dijo que el representante le
había dicho que estaríamos más de un mes.
-La habitación cuesta cuatro
pesetas diarias y una por la cocina.
Me pareció bien y con eso terminamos ese
día la conversación.
Después durante el tiempo que estuve en su casa,
fueron casi dos meses, llegamos a querernos mucho.
Todas las mañanas sobre las 10,30 tenía la
costumbre de levantarme para desayunar, en el comedor siempre había un señor
que me miraba mucho, tanto que me ponía nerviosa. Un día le pregunté a doña
Dolores quien era y me explicó que era su padre y me miraba mucho porque decía que me
parecía al San Juan de Salzillo de sus cofradías. Me hizo gracia y me fui
a comprar algunas cosas que me hacían falta para comer.
A las seis nos fuimos para el teatro para ensayar algunas obras, ya empezaba yo a trabajar y hacia algunos
papelitos.
El primer día que interprete una criada, me dijo
Joaquín que cuando termináramos y saliéramos a saludar me tenía que ir para la
izquierda lo mas que pudiera para dejar sitio para los demás cuando fueran
saliendo. Tanto me fui que cuando cayó el telón me quedé en el proscenio.
El público no dejaba de aplaudir, Joaquín
preguntó qué pasaba y le dijeron que yo me había quedado fuera. Se levantó otra
vez el telón, salieron todos y Joaquín se fue para mi, me cogió de la mano y me
dijo, saluda conmigo. Saludamos los dos juntos.
La guasa que se formó fue mucha y como este
episodio me pasaron muchos, los iré contando poco a poco. Lo importante fue la
conducta de Joaquín aquel día. Les dijo que toda la culpa era suya ya que como
Director me debía haber explicado bien el lugar. Esto me ha servido luego
cuando he montado algo de teatro y tenía que indicarles algo a los chicos, cuando te enseñan algo con cariño no se te olvida nunca.
Bueno quiero aclarar una palabra que he dicho hace
un momento "Proscenio". Esa noche me dijo Joaquín:
-Mariquita el trabajo de mañana es que dibujes un
escenario y le pongas los nombres a cada cosa.
Yo no tenía idea de lo que me decía pero lo hice.
Me fui a casa del señor Nevares y le pregunté si quería ayudarme, me dijo que
sí.
Empezamos: el Proscenio es lo que empieza desde
el público hasta el telón de boca (es el que abre y cierra en cada acto, en el comienzo y
finalización de la obra. Están las luces que se llaman candilejas, la concha
(donde estaba el apuntador que ya no existe), las alcahuetas de los laterales
(son los telones laterales por donde se entra y se sale), las diablas (las
luces de arriba), van tapadas con las bambalinas (cortinas pequeñas), el telón
de foro, forillo, son dos telones diferentes (están en la parte del fondo del
escenario y uno es para entrar y salir al escenario y el otro sirve de pared,
siempre dibujado con motivos de la obra que se represente).
Cuando terminé de leerle a Joaquín el trabajo que
había hecho me dijo que esa noche había aprendido mucho mas que algunos
compañeros que tenían el carné de actores.
Mariano y Enriqueta Viezca me lo pidieron para
verlo y estudiarlo. Yo estaba muy contenta y feliz en Cartagena motivo de no
olvidarme nunca de esa preciosa tierra.
Gracias María , tu lección de hoy también ha sido muy enriquecedora para mí que también formo parte del mundo del teatro.Hoy dia nosotras al telón de fondo lo llamamos cámara negra y no siempre vá decorada con motivos de la obra , ya sabes , los decorados de hoy dia son bastantes mas sobrios que los de antes , mi directora de teatro dice que el escenario lo hacemos los actores con nuestro trabajo , pero yo hecho de menos aquellos decorados tan realistas de antaño , un beso preciosa
ResponderEliminarMe alegro que la lección te sirviera, yo cuando la aprendí no tenía idea y poco a poco fueron contando conmigo para muchas cosas, suerte en tu vida y si el teatro es lo que te gusta a por ello, seguro que pasaras momentos geniales y luego te quedaran para siempre esos recuerdos, muchos besos.
EliminarMaría gracias por compartir tus historias! Es un placer leerlas, eres muy divertida! Saludos desde Argentina
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMargarita gracias a ti por tener un ratito para compartir conmigo. Muchos besos.
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