Blog Oficial de la actriz y escritora Sevillana María de Adorna

Bienvenidos a la web oficial de María Muñoz Ballesteros, más conocida como "María de Adorna". Actriz sevillana, mujer con carácter, apasionada y luchadora. Artista Sevillana, dedicada en cuerpo y alma a su gran pasión "El Teatro". Sus recuerdos, sus pensamientos, sus pasiones, SU VIDA.

En este lugar se intentará dar a conocer a esta artista, escritora y actriz sevillana de 84 años que pese a su edad no ha dicho no a las nuevas tecnologías. Ella contará sus recuerdos, hará memoria de su vida paso a paso. Una Guerra, una Niña, un Amor único, un Trocito de Historia.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Mi Juventud en el Teatro 20ª parte

Por fin llegó el día del debut y todo salió bien y gustó mucho, casi nadie se fijó en mí. Pasaron unos días y empezaron los problemas, el dicho de que nadie es profeta en su tierra. Muchos decían que era tonta, ¿cómo podía yo trabajar en el teatro?... Primero Encarnita Polo  y ahora yo, las dos del mismo barrio. La opinión general era que yo era muy "lacia", yo salía a escena todas las noches con miedo.

Recuerdo que hasta la gente discutían en el autobús. Un día me contaron que iban discutiendo unos jóvenes diciendo que de donde había salido yo para hacer teatro y cuando la discusión era más acalorada una persona salió a defenderme diciéndoles:

-Esa niña de la que estáis hablando tiene motivos para trabajar en el teatro ya que toda su familia, sus padres, sus abuelos y más parientes siempre se han dedicado al teatro. Si no sabéis no hablar.

Esa persona vivía en la calle Teatinos frente del cine y es una persona conocida ya que ha trabajado en televisión muchos años su nombre es Julio Marvizon, quien me lo contó fue mi hermano Antonio ya que algunos amigos iban en ese momento en el autobús. Al parecer este señor conoció a mi abuelo.

Fueron pasando los días, tres semanas y seguía siendo la comidilla del barrio, a unos les gustaba y a otros no. Una noche anunciaron La Hija de Juan Simón y cuando iba a salir a escena me dijo Joaquín que demostrara quien era, esa noche me la jugaba. Cuando terminé riendo y llorando como el papel exigía el público estalló en aplausos, Joaquín me dijo que saliera a saludar y a mí me temblaban las piernas, en fin, esa noche estaba contenta con el trabajo realizado. Los compañeros me dijeron que ya me los había ganado. Cuando llegué a casa mi madre ya sabía de mi éxito, mi Chico ya había ido a contárselo y estaba muy contento, le decía:

-Mama... la gente de pie aplaudiendo...

No me extrañaba de la forma que se lo contó a mi madre ya que era muy exagerado y además lo estaba pasando mal escuchando las críticas de sus amigos y al menos esa noche estaba contento, lo mejor fue que a partir de esa noche todas las representaciones que hacía ya eran personajes bonitos. No en todos era buena, también era mala pero eso gustaba mucho.

Mi madre tan solo me dijo:

-¿Qué te decía yo?... que tuvieras paciencia.

Pasaban los días y todo iba muy bien, cada día teníamos más público, sobre todo gente joven. A muchas que yo conocía solo de vista y ahora me paraban para preguntarme cuanto tiempo llevaba en el teatro

A mí todas las noches me daban 3 entradas para poder invitar a nuestros conocidos, la noche de La Hija de Juan Simón a quien invite fue a las nietas de Carmelita Llorens para que llevaran a su abuela. Cuando se llegó al día siguiente a ver a mi madre le dijo:

-María que bien estuvieron todos. También salude a doña Pepita, está muy bien. Joaquín muy guapo y muy buen actor pero tu hija estuvo magnifica, mis nietas decían lo bien que había estado Mariquita.


Ani a la derecha, Margarita en el centro y yo a la izquierda, en uno de los bautizos de un muñeco (1953)


Así fui invitando todos los días poco a poco a muchas amigas que antes no lo eran. Mi vida personal seguía siendo la misma, mi casa, las niñas, el teatro. Las niñas solo querían que yo estuviera con ellas, sobre todo Margarita desde que estuvo malita. Yo jugaba mucho con ellas, me inventaba cumpleaños, bautizos de muñecos, fiestas y ellas lo pasaban muy bien. Ya habían pasado conmigo 3 años y Ani ya empezaba a ser una mujercita y siempre quería venir conmigo y Mariano que éramos los más jóvenes.
 
Un día  quedamos para ir al parque por la mañana, Mariano, las niñas y yo, habíamos quedado de acuerdo a una hora en la glorieta de los columpios y al terminar la obra esa noche Joaquín dijo que al día siguiente había ensayo a las 6.

Recogí a las niñas y nos fuimos al parque, está muy cerca del Tiro de Línea. Cuando llegamos a la Glorieta me llevé una sorpresa, estaban allí Mariano y Adorna. Margarita salió corriendo diciéndole:

-Adorna... que bien, has venido tú también.

Estuvimos en los columpios unos 20 minutos cuando Mariano le dijo a las niñas si querían ir con él a ver las palomas, las dos dijeron que sí. Nos quedamos solos Adorna y yo. 

Estuvimos unos minutos sin decir nada, hasta que Adorna dijo:

-María quería haber ido a darle el pésame a tu madre pero no me he atrevido... como no quiere dirigirme una palabra.

-El primero que puso un muro entre nosotros cuando fuiste tu a vernos y saludaste a todo el mundo menos a mí, fue un desprecio, al menos así me sentí.

Él me contestó:

-Piensa un momento lo que estás diciendo... ¿de verdad tú crees que yo fui tan lejos a ver a alguien que no fueras tú? A mí los demás no me importaban nada, yo lo que quería era verte y saber cómo estabas y si querías seguir o venirte para Sevilla conmigo. Volví muy mal porque tú hiciste todo lo posible para no vernos a solas para que pudiéramos hablar. Vi que estabas contenta y querida por todos y habías conseguido lo que deseabas y así se lo dije a tu madre en una carta. Ahora te pregunto ¿quieres que deje mi trabajo y me marche contigo? o ¿quieres quedarte y que nos casemos y vivamos aquí con tu madre en tu casa? Creo que ya no debíamos perder más tiempo haciendo más tonterías. 

Mientras él hablaba yo pensaba, Dios mío que no meta la pata cuando le conteste.

El me saco de mis pensamientos cuando volvió a preguntarme:

-¿Qué piensas?

-No sé... tengo que pensarlo.

-¿Otros 3 años? ...me dijo con esa mirada suya y una poca de guasa.

-No... es que no sé cómo dices de vivir en casa de mi madre.

-Arreglándola, mi hermano Juan y unos amigos nos ayudaran, sólo tenemos que comprar los materiales.

Yo le contesté que hablaría con mi madre ya que ahora también yo estaba ayudando en casa.

El me miró y yo me calle  porque  ese fue el motivo de la pelea con él, cuando me dijo que no podía casarse conmigo porque tenía que ayudar en su casa.

Volvieron las niñas y Mariano, nos quedamos callados. Mariano nos miró pero no dijo nada. Las niñas me contaron que todo lo que habían visto era muy bonito y había muchas palomas.

 Paque María Luisa (Sevilla)

Nos teníamos que volver para casa y ellos nos acompañaron un rato. Nos despedimos y quedamos en vernos a las 6 para el ensayo.

Cuando iba con las niñas para casa no me lo podía creer, las dejé en su casa y cuando llegué a la mía le dije a mi madre:

-Adorna quiere verte para darte el pésame.

Me miró muy sorprendida pero no me dijo nada.

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