Sobre las 5 y media me fui para el ensayo. Allí
estaba Mariano y le pregunté por qué no me había dicho nada de que Adorna
estaría en el parque, él me dijo que quería hablar conmigo.
Llegó Joaquín con Ani para ensayar y doña Pepita
nos dijo que el jueves se estrenaría la obra y ya nos diría que ropa debíamos
ponernos. Cuando iba para casa pensaba como decirle a mi madre lo que me había
dicho Adorna.
Al llegar a casa mi hermano Antonio ya estaba
cenando para irse al trabajo. Mi hermano Manolo me preguntó si podía ir al
teatro esa noche, le dije que si y le pregunté cuantas entradas necesitaba, me
dijo que dos.
Cené algo y me fuí para el teatro, es una pena
que dejara pasar tantos años para escribir mi vida porque si nombro a muchas
amigas no se si vivirán pero en aquellos días yo les presentaba a mis
compañeros, las voy a nombrar:
María Castro
Anita, Gloria y Mari Camarino (hermanas)
Carmelita y Anita Llorens (hermanas)
Pilar y Conchita Balaguer
Anita (ella tenía una vaquería en el barrio no
recuerdo el apellido)
Ricardo y sus hijos, a estos luego los he tratado
mucho porque vivieron en el Polígono de San Pablo
Si alguien de ellos lee esto por casualidad
quiero que sepan que les tengo mucho cariño.
Cuando terminó la obra esa noche Miguel me dijo
que me pasaba por no ir ninguna noche a tomar café con ellos, ellos comprendían
que tenía mi casa allí pero ya eran muchos días. Yo les dije que de acuerdo,
sin falta al día siguiente iría con ellos.
Al llegar a casa mi madre aun estaba levantada y
me preguntó que pasaba con Adorna y conmigo -¿es que no me dices nada?
-Mama, ayer estuvimos hablando de nuestra
situación y me dijo que si quería dejaba su trabajo y se venía conmigo al
teatro o que nos casáramos y nos viniéramos a vivir contigo. Yo le pregunté
como íbamos a vivir contigo y me dijo que tenía a su hermano Juan y amigos en
los albañiles y ellos nos ayudarían a reformar la casa.
Mi madre me dijo que antes de darle una respuesta
esperara a que ella hablara con mi hermano Antonio a ver que le parecía.
Me preguntó que pensaba hacer y le dije que
mientras no estuviera el arreglo de la casa seguiría en el teatro, ella me dijo
que no eso no le iba a gustar a Adorna, yo le dije que ya lo hablaríamos. Así
quedó de momento el tema.
Al día siguiente cuando me marchaba para el
teatro le dije a mi madre que no esperara levantada porque me quedaría a tomar
café con los chicos. Al llegar al teatro me enteré que estaba todo vendido
desde por la tarde. Esa noche la representación era Mancha que limpia de
Echegaray. Mi papel era de una niña jovencita que tenía una prima, era una
chica con mucha maldad y celos a la prima, llega hasta quitarle el novio y se
casa con él. Cuando salí a escena con mi marido un amigo de mi hermano Antonio
que estaba en el público me gritó:
-Mariquita hija puta... que mala eres.
Al final de la obra, cuando mi marido me grita:
-Maldito sea el lazo que nos une.
La prima coge un abre cartas y le dice ya está
roto y me corta el cuello.
Yo caía muerta en un sofá y el que antes gritó
desde el público, volvió a decir:
-Bien... hija puta.
Yo no quería ni levantarme para saludar pero vino
Joaquín y me cogió de la mano llevándome hasta el centro del escenario, me dió
un beso y él empezó también a aplaudir. El público gritaba bravo... bravo y el
que me había estado insultando decía:
-Olé... olé. (Se llamaba Juan y era el lechero
donde trabajaba mi Chico).
Se echó el telón y el primero que vino a darme un
beso fue Adorna, no se si era por las ganas que tenía o por lo bien que había
estado en la obra pero todos mis compañeros empezaron a aplaudir y decir que ya
era hora que nos dejáramos de tantas tonterías.
A la hora de cobrar me dijo Joaquín que todo muy
bien pero que nunca volviera a pasar lo de esa noche, nunca debía acobardarme,
si en un papel de mala estaba bien no debía tener miedo por saludar.
Nos fuimos todos a un bar que había cerca del
teatro, allí nos esperaban todas las noches abierto hasta que llegábamos sobre
las dos, Adorna me acompañó a casa y me preguntó si había hablado con mi madre.
Le dije que si y me dijo que el sábado iría para verla porque estaba de
descanso. Nos dimos unos cuantos besos que teníamos atrasados y nos
despedimos.
Le pregunté si se marchaba para su casa en
Castilleja de la Cuesta
pero me dijo que a esa hora ya no se marchaba porque entraba a trabajar a las 6
de la mañana en la Estación de Autobuses y prefería quedarse en un control descansando un rato.
Por hoy termina el relato pero quiero hacer referencia a la Estación de Autobuses del Prado de San Sebastian de Sevilla. En ella trabajó Adorna muchos años, lo esperaba cuando salía de trabajar y muchas parejas como nosotros jóvenes empezamos nuestras vidas de casados unidos a este Edificio que ahora el día 1 de enero próximo quieren cerrar. Me uno a todos los empleados que aún quedan aunque muchos ni siquiera nos han conocido y les deseo toda la suerte del mundo en sus nuevos trabajos.
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