Os he contado algunas de las cosas que nos
pasaron en nuestras actuaciones en Cádiz, os voy a relatar una de ellas que nos
pasó una noche mientras interpretábamos también la Pasión de Jesucristo.
Era el tercer día que la representábamos y
Joaquín dijo que iba a contratar a un cantaor de saetas. Una de las compañeras
que había sido cantante de zarzuela dijo que ella podía cantarla, a muchos le
pareció bien y así quedó la cosa de momento. Miguel, Mariano y yo le dijimos a
Joaquín que era un disparate que Angelita cantara una saeta en Cádiz, ella
sabía cantar pero no tenía ni idea de como se cantaban las saetas. Joaquín nos
dijo que ella había dicho que podía hacerlo. No le volvimos a decir nada más.
A la noche siguiente cuando llegamos a la Calle
de la Amargura, Doña Pepita representaba a la Virgen, Anita a la Magdalena, yo
a San Juan, en el momento que separan a la Virgen de Jesús, la Magdalena y San
Juan cogen a la Virgen desmayada. Angelita empezó a cantar la Saeta con
gorgoritos, Ana y yo empezamos a reír y yo hasta llegué a orinarme de risa, se
nos aflojaron las piernas y terminamos las tres en el suelo y Joaquín con la
cruz a cuesta, él era Jesús, diciendo muy bajito a Anita y a mí:
-¡ Hijas de la gran puta!...todo en francés.
El público empezó un gran aplauso y diciendo bravo,
bravo, al parecer creyeron que estábamos haciendo una chirigota. Anita y yo nos
escondimos detrás de uno de los telones y Joaquín buscándonos por todos lados
pero no nos encontró.
Esta imagen no es de esa representación es de Armats de Mataró- Soldados de Paz
(Es en este momento cuando nos fuimos al suelo y Jesús se enfadó)
Cuando fui a cobrar me dijo:
-Si te cojo te enteras.
De estas cosas me han pasado muchas ya las
contaré cuando llegue el momento.
Recuerdo que en cada sitio donde íbamos a
trabajar estábamos dos o tres meses, os recuerdo que si en Navidades estábamos
en Sevilla en el Tiro de Línea, después fuimos a Los Palacios y en Cádiz ya
llevábamos casi 40 días, nos faltaba muy poco para terminar. Nos iríamos a La
Línea de la Concepción en la provincia de Cádiz al lado de Gibraltar.
Frontera de La Líea de la Concepción y Gibraltar
Esto lo cuento porque ya me quedaba muy poco
tiempo para estar en el teatro y empezaron las bromas. Querían venir todos a la
boda pero querían ir todos disfrazados con la sastrería de Santa Genoveva, yo
como es natural iría de Genoveva porque era la novia. Recuerdo
que cuando llegamos a La Línea de la Concepción me pareció un pueblo pequeño
pero muy bonito. Lo que mas me llamó la atención era una calle larga que
terminaba en una cancela y desde allí ya se pasaba a Gibraltar. También
recuerdo todas las cosas que se podían comprar y barato. Cremas, zapatos,
tabaco... en fin de todo y a mi eso me vino muy bien porque todo fueron
regalos para la boda.
Mis compañeros seguían con sus bromas de mi boda.
Cuando fue una de las veces Adorna a verme le contaron lo que tenían pensado
hacer, todos de Santa Genoveva. Adorna no dijo nada pero cuando volvía para
Sevilla y lo contó en mi casa mi madre no dijo nada y mi hermano Antonio que
era el padrino dijo que no, que él haría el ridículo en su barrio. Mi Chico que
sería muy bonito, Manolo no dijo nada, callado como siempre. Cuando a los quince
días vino otra vez Adorna a verme teníamos pensado que yo me volvía con él y
estaría cuatro días para tomarme medidas para el vestido de novia y de otras
cosas. Para mi empezaron días muy malos porque cada vez que hablaba de la boda,
las niñas empezaban a llorar. Sobre todo Ani. El lunes cuando me marchaba para
Sevilla no se si era alegría o pena lo que sentía pero Adorna venía conmigo y
eso era lo importante porque todo el camino fue animándome y diciéndome:
-Veras cuando veas lo que hemos hecho en
casa... Todavía falta mucho, mañana quiero que vayamos a Marchena (un pueblo de
Sevilla) a comprar el dormitorio a una señora que tiene una fábrica de muebles
y que conoce mucho a mi hermano Juan.
De esta señora de Marchena ya os hablaré mas
adelante.
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