Cuando llegué a la Línea de la Concepción todos
estaban muy contentos y esperando que contara como iba todo por mi casa.
Al terminar la obra de teatro pude contarles todo que la casa ya estaba
terminada, las cosas que habíamos comprado, los muebles etc. y que teníamos pensado
casarnos el 23 de Diciembre. Al saber la fecha Joaquín dijo
que si era ese día no podrían venir a la boda al ser víspera de
Pascuas. Los demás todos callaron. Entonces Joaquín al ver sus caras dijo que
no se disgustaran ya que nada mas casarnos volvíamos para estar con
ellos en la Compañía mas de un mes, todas las vacaciones que tenía Adorna por
casamiento y del año. Yo les dije que así era y ya se quedaron más contentos. Joaquín
nos pagó y me fui a tomar café con Mariano y Miguel.
Al estar solos los 3, Miguel me preguntó el
motivo de poner esa fecha y yo les recordé que ellos estaban delante en el bar
el día que lo dije. Los dos dijeron ahhhhh es verdad, ¿entonces desde entonces
los tienes pensado? Yo le dije que sí porque lo había jurado, ellos no se
acordaban. Me preguntaron que había dicho Adorna y les dije que nada, él ya me
conocía y sabía que cuando decía una cosa la hago y estuvo de acuerdo en todo.
Me preguntaron hasta cuando estaría con ellos y
les dije que hasta el día 4 pero que volvíamos el mismo 25. Querían
saber como estaba yo, si estaba segura. Les dije que estaba muy segura y que
los días que había pasado en Sevilla había hablado mas con Adorna, yo tenía
muchas dudas sobre algunas personas de su familia pero el con su personalidad
me lo había aclarado todo. Miguelito dijo:
-Ufff... ésta viene más enamorada que se marchó
¿qué habrá pasado?
El siempre tan cotilla pero con todos sus
defectos eran mis amigos y lo serían siempre, así que siguieron preguntando
como estaban los amigos del barrio, si habíamos estado con ellos. Les
dije que sí y que todos estaban esperando el día de la boda para acompañarnos.
Yo les pregunté que tal iban las cosas por allí,
me dijeron que bien pero que me echaban mucho de menos y se aburrían mucho
porque todos los demás estaban en sus cosas y solo nos vemos a la hora de los
ensayos y de la representación.
En ese momento pensé qué hubiera sido de mí sin
ellos y les dije que siempre me tendrían para lo que necesitará porque
ellos habían sido para mi como mi familia y Adorna lo sabía, me
habían cuidado, enseñado y protegido todos esos años. Ellos de broma porque la
cosa se ponía seria me dijeron:
-Mira si quieres que te paguemos el café lo
haremos pero cállate ya...la verdad es que no pensábamos regalarte
mucho. Vamos a pensar que haremos mañana.
No habían escuchado la obra
que poníamos al día siguiente porque estaban en el camerino y se lo
dije, Manda a tu madre a Sevilla. Ahhh pues muy bien esa no la tenemos
que estudiar, podíamos ir a Gibraltar, yo les dije que sí porque
tenía algunas cosas que comprar, quedamos para después del desayuno
y comeríamos allí, les dije:
-¿Qué os parece si me llevo a Ani?
Me dijeron que como yo quisiera pero que a les
gustaría ir solos porque no sabíamos que íbamos a
comprar ni a la hora que volveríamos. Les dije que sin problema,
nos íbamos los tres solos.
Al llegar a la casa donde vivía me estaban
esperando y se alegraron de la noticia.
Al día siguiente cuando desayuné
me fui a casa de Doña Pepita para contarle como estaban las cosas por
mi casa y que mi madre le mandaba muchos besos. Cuando me despedía me dijo:
-Mariquita quisiera que antes que te marches
mires toda mi ropa de sastrería y la mandas a limpiarla bien porque cuando tu
te marches no se quien lo hará.
Le dije que sin problema y me despedí de ella.
Ya venían los chicos a buscarme y nos fuimos para
Gibraltar. Cuando llegamos solo tuvimos que presentar el carné, era el día de
las compras. Me acuerdo que unas de las cosas que compré fueron mantelerías,
toallas, ropa interior, medias de cristal (así se decía entonces) y tres
chalecos para Adorna, tres camisas y corbatas. También tabaco,
jabones, perfumes y cremas. Estas cosas sólo se podían comprar allí porque en la Península era
todo contrabando pero si no comprabas mucho podías hacerlo.
Gibraltar actual
El Gibraltar que yo conocí era pequeño pero
bonito, muy limpio. A los habitantes les llamaban "llanitos" si se
habían casado con alguien de la Línea. Comimos y sobre las cuatro volvimos,
me fui para la casa y dejé todas las cosas en el armario. Descanse un
rato y después de cenar me fui para el teatro, aquella noche empezaron las
apuestas. Unos decían que duraríamos sin volver al teatro 6 meses,
otros decían un año. Cuando terminaron sus apuestas y Joaquín fue a pagarme me
dijo:
-María cuando puedas estos días coges las dos
cajas de mis pelucas y se las das a mi madre para que ella las tenga. ¿Cuando piensas
marchar?
Le dije que el día 4 si a él le parecía bien a lo
que me contestó:
-Que coño me a parecer bien pero si tienes que marcharte te vas y ya está.
Me
pagó y los chicos y yo nos fuimos para tomar café, cuando llegamos al Casino me
dijo Miguelito:
-¿Qué te parece lo que te ha dicho Joaquín?
Lo que menos me podía creer cuando vine, le
contesté.
-Con tanto miedo cuando llegué... Han pasado
casi cuatro años, lo malo es que no sintiera mi marcha, era señal que no había
aprendido nada, así que estoy contenta y ¿ustedes me vais a echar de menos?
-Noooooooo...
Dijeron los dos.
Vale... les dije. Hoy pagó yo el café.
Nos fuimos a descansar y el día siguiente sería
otro día.
-¿No os ha pasado alguna vez en vuestras vidas
que quieres pase el tiempo lento y va mas deprisa?
Pues eso me pasó a mí esos días. Por la noche Joaquín dijo
que el día siguiente representaríamos la Cieguecita de París (Dios
mío pensé yo, sabía lo que iba a pasar).
A la mañana siguiente muy temprano antes que las
niñas empezaran sus clases fui a verlas, estaban esperando al maestro.
Margarita salió corriendo al verme, le dí un beso y le dije que estaba preciosa
y ella me preguntó:
-Mariquita ¿cuando te vas?
Le dije que dentro de unos días pero que volvía
otra vez.
-Si pero te vas y ya no te acordaras de mi.
-Si me acordaré de ti, toda mi vida porque te
juro que la primera hija que tengamos se llamará como tu, Adorna y yo te lo
prometemos.
-¿De verdad? ¿Me lo prometes?
-Te lo juro.
Ani también estaba allí y le pregunté:
-¿Quieres que repasemos la obra?
-¿Para qué? ya no volveremos hacerla nunca más.
En ese momento Anita intervino:
-Bueno... esta noche tenéis que procurar que
salga muy bien.
Llegó el maestro, les dí un beso y me fui.
Por la noche poco antes de empezar todo estaba
bien, Ani muy contenta...
Y pasó lo que me temía, empezó la obra y todo iba
bien hasta que nos separábamos y Ani empezó a llorar de verdad y me
contagió y ni teatro ni nada, toda la obra nos la pasamos llorando de verdad.
Cuando salimos a saludar Ani se abrazó a mí llorando
y diciéndome bajito:
-No te marches...
Yo empecé a llorar otra vez pero Joaquín
vino y nos cogió a cada una de la mano, los aplausos y gritos de el público no
paraban, todos sabían que estábamos emocionadas pero ellos pensaban
que era por el tema de la obra, porque éramos buenas actrices y no por el
motivo de seguir llorando, Ani porque me marchaba yo y esta obra no podría
volver hacerla hasta que su hermana fuera mayor y la representara con ella y yo
por el mismo motivo, volvería de vez en cuando pero ya no podría ser la niña
que aún era para poder hacer el papel. Cuando nos tranquilizamos le dije:
-Ani, siempre que vengamos Adorna y yo la
representaremos, si papa quiere.
Joaquín no dijo nada pero cuando fui a
cobrar me dijo que por qué tanto llanto, yo le dije que por mi parte fue porque
me emocioné de ver a Ani, me pagó y no dijo nada mas. Hicimos lo mismo de todas
las noches.
Y pasaban los días muy deprisa y faltaba un día
para marchar. La noche anterior Joaquín me dijo:
-María la Compañía os regala 250 pesetas. El
día que volváis cobrareis cada uno un sueldo pero tu no cobraras el
extra de sastrería ni atrezo ¿qué te parece?.
-Bien, ¿qué me va a parecer? es mucho dinero.
Me dió el sobre con el dinero.
La mañana del día antes de mi marcha la dediqué a
las despedidas, del señor Nevares y señora, de todos. Mariano y Miguelito me
ayudaron a recoger lo poco que me faltaba, todo lo metí en el baúl y
nos lo llevamos para la casa donde vivíamos y a la mañana siguiente
quedaron en venir para estar conmigo antes de partir y despedirse.
Subieron los dos conmigo el baúl al
dormitorio, se quedaba en la casa hasta que volviéramos Adorna y yo
casados. El regalo de Miguelito y Mariano, ya habían hablado con la dueña de la
casa, era pagarnos el mes
que estaríamos cuando volviéramos ya casados. Terminamos de
recogerlo todo, hice café y lo tomamos en mi dormitorio. Estuvieron de interrogatorio,
querían saber que habíamos hecho los días que estuvimos juntos en
Sevilla antes de mi vuelta. Yo les dije que besos nada mas y Mariano me dijo
que no se lo creía y yo le dije que bueno, seguimos un buen rato mas con risas
y recordando cosas y nos despedimos hasta el día siguiente.
Cuando bajé por la mañana allí estaban a las
nueve esperándome para tomar café los tres juntos. Cuando ya estaba en
el autobús los dos con cara de sueño me dijeron muchas
felicidades, acuérdate de nosotros cuando te estés casando.
Los días pasan pronto...
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