Todo el verano trabajando en el teatro y yo no me quedaba
embarazada, mi tío Guillermo decía que dejara el teatro y que estuviera mas
tranquila, pasaban los meses y no pensaba en otra cosa.
Cuando llegaron las Navidades, las primeras que iba a pasar
con mi madre y mis hermanos casada, ya que las anteriores las pasé con la
Compañía en el viaje de novios, este año era diferente, yo la encargada de
prepararlo todo, compras, comidas, etc. Adorna y yo estábamos muy contentos con
los preparativos y todo salió genial, lo disfrutamos mucho.
El 20 de enero volvimos a Las Maravillas como años atrás,
hoy viendo un anuncio en la tele decían que nuestra vida va muy unida a las
reuniones en los bares, me acordé de mi vida y pensé que estaban en lo cierto. En
Las maravillas me enfadé con Adorna por culpa de la hermana y ahora después de
cinco años allí estábamos de nuevo, una vida diferente pero lo mismo, todos
tomando café.
Miguelito nos dijo que una sorpresa que darnos, era una
buena noticia. Enrique y Amelia Leal lo habían contratado y se marchaba al día
siguiente, todos empezamos a aplaudir y claro está, la gente mirándonos.
Cuando estábamos mas tranquilos por la noticia de Miguelito
Adorna no dejaba de mirarme y yo dije:
-Bueno… nosotros también tenemos que daros una noticia,
estoy embarazada.
Todos empezaron a gritar y a tocar las palmas y a darme
besos. Los camareros vinieron a preguntar que pasaba y Adorna se lo contó y el
dueño vino con una botella de champán para invitarnos. Miguelito decía esta
Mariquita, no es como todas las mujeres, nunca se sabe lo que va a hacer o
decir como bien nos decía Joaquín. Si yo estaba feliz podéis imaginaros Adorna.
Cuando terminamos el champán nos despedimos de todos en especial de Miguelito y
de Coral Domínguez, nos fuimos para casa y pensamos que teníamos que ir a
Castilleja para que lo supieran también la familia de Adorna.
Adorna y yo aún embarazada en el bautizo de una sobrina en Cádiz, representando el Sainete El Chiquillo
El día de descanso de Adorna fuimos y cuando dijimos parte
de la familia, principalmente mi suegra y cuñada Adela, empezaron a representar
sin querer el sainete El Chiquillo. Mi suegra que si era una niña le pusiera su
nombre, Trinidad. Mi cuñada a su hermano que si un día me dijiste que cuando
tuvieras una hija le pondrías Adela, mi suegro callado y Adorna y yo riendo. Mi
cuñado Juan dijo yo lo que si se es que soy el padrino lo que sea, niño o niña
no me importa, eso son los padres los que tienen que decidir.
Sainete El Chiqullo de los Hermanos Alvarez Quintero escrito por Adorna antes de casarnos
Pues bien, dijo Adorna:
-Si es niño se llamará Francisco como yo y si es niña,
Margarita que es lo que quiere María.
-¿Margarita… y quien se llama así en nuestra familia o en la de María ?
Adorna los callo diciendo:
-Nadie... pero María quiere que se llame así como la niña de Joaquín,
ella se lo prometió cuando se marchó para casarnos.
-Y porque le da la gana.- dijo mi cuñado Juan.
Yo estaba callada pero pregunté a mi suegra - ¿Y su hija
Conchita por que no le puso a su primera hija Trinidad como usted?- (Mi cuñada ha tenido 4 hijas y a ninguna le puso el nombre de su madre ni de su hermana por entonces ya tenía una y en camino otra).
Cuando Adorna vió el rumbo que tomaba la conversación dijo:
-¿Juan nos llevas para Sevilla?
Él nos dijo que claro y así terminamos el tema de los
nombres.
Mas tarde le dije a Adorna que no podía con las cosas de su familia, no me había gustado
nada como se habían puesto, como si ellos pudieran mandar sobre nosotros en una
cosa así.
Adorna me dijo que en los pueblos esas costumbres eran muy normal a lo que yo le dije:
-Vale... pero nosotros no tenemos nada que ver con sus
costumbres por lo menos yo, así que en mis cosas, con mis hijos que no se meta
nadie.
Me miró y empezó a reírse yo me contagié y comprendí que él
y yo no teníamos nada que ver con los familiares, nuestra familia la íbamos
formando nosotros y todo lo demás eran nuestras circunstancias.
Pasé todo el verano tranquila y poniendo kilos, de cuarenta
y cinco que pesaba al casarme hasta 72 que llegué a pesar.
Antes de seguir voy a contaros cosas que en otros capítulos
dije que ya contaría cuando llegara el momento. Una de las cosas es por qué fue
mi madrina la mujer de mi cuñado Juan, Rocío. Pues el motivo es porque en la
familia de Adorna nadie tuvo detalles cuando nos fuimos a casar nada mas que mi
cuñado Juan y mi cuñado Antonio que me regaló los zapatos por eso cuando
decidimos quien serían los padrinos de boda teníamos claro que mi hermano
Antonio era el padrino pero al no tener novia y yo hermanas decidimos que Juan
sería el padrino del primer hijo y Rocío, con la que si tenía yo mucha relación,
la madrina de boda. Cuando decidimos esto no sabíamos lo que fastidiaría eso a
toda la familia, teniendo Adorna hermanas. No lo hicimos con intención, lo
pensamos por agradecerles toda la ayuda que tuvimos con ellos en la obra de la
casa.
Iglesia de la Plaza Castilleja de la Cuesta
¿Por qué fastidió tanto la elección de madrina?
Pues en Castilleja hay dos bandos, todo de carácter religiosos,
una parte del pueblo es de la Plaza, allí hay una iglesia. Los otros de la Calle Real donde hay
otra iglesia. Pues los colores de uno y otros son el rojo y el celeste. Toda la
familia de Adorna eran de la
calle Real (celeste) y Rocío era de la Plaza (rojo). Por ese
motivo mi madrina iba de rojo y toda la familia muy cabreada, en el pueblo
muchos comentarios y risas por ese motivo, la que mas mosqueada estuvo fue mi
cuñada Adela. Yo me llevé la sorpresa al verla entrar en la iglesia, mas tarde
ya me explicaron el motivo del color.
Iglesia de la calle Real de Castilleja de la Cuesta
Otras de las cosas que os conté en uno de los capítulo y dejé
para mas adelante explicaros es la compra de mi dormitorio, no se si os acordáis
pero la compramos en Marchena a una señora amiga de mi cuñado Juan. Pues esta
señora llevaríamos unos 7 meses de casados cuando falleció y la sorpresa que
nos llevamos fue que en su testamento dijo que a los novios que habían comprado
los muebles ese año les perdonaba la deuda para que se acordaran de ella y la
prueba de que así ha sido es que hoy después de tantos años la estoy recordando
y desde aquí le doy las gracias lo que no pude hacer en persona, he rezado por
ella y se que sabe lo mucho que nos ayudó en esos momentos con el regalo.
Mi madre no llevaba bien mi embarazo, cuando se lo dije se
alegro mucho pero tenía mucho miedo y un día le dije:
-Pero mama, tu que pariste a un hijo sola con la ayuda de mi
hermano Antonio que tenía catorce años y yo viéndolo todo sentada en una
escalera ¿vas a tener ahora miedo por mí?
Ella se extraño que yo me acordara de eso y le dije que no
solo de eso, tenía muchos recuerdos de esos años aún siendo tan niña, así que
le dije:
-Tu no tengas miedo por médicos, casa, comida… nunca mas
tengas miedo de nada que para eso tienes a tu hija.- Me dio un beso en la
frente y no dijo nada mas.
Hoy cuando estaba escribiendo estos recuerdos me acordé de
que tenía que hablar de una persona que dijo el otro día que me quería y que
nunca lo decía a nadie y al preguntarle yo me dijo, si, tu tampoco lo dices. Y
es verdad prefiero demostrarlo que decirlo pero ya que estoy de recuerdos
quiero que todas las personas que en estos días me han dicho que me quieren
desde tantos puntos de España sepan que están en mis pensamientos y en mi corazón,
esta tarde que estoy un poquito nostálgica por los recuerdos os quiero mandar
un beso a todos.
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